El Tribunal de Etica Judicial solicitó informes sobre la situación que involucra al juez de control Juan Manuel Fernández López y a una empleada de su juzgado, que además es su pareja. La situación tiene que ver con los supuestos privilegios laborales de Melani Mattia quien registraría una trepada maratónica e inusual en su carrera dentro del equipo del Juzgado de Control 10, según plantean empleados del propio juzgado que podrían ser citados a dar testimonios ante el mencionado tribunal a fin de evaluar si corresponde una acción de tipo administrativa.

Mattia ha logrado puntajes muy generosos otorgados oficialmente por el propio juez, Fernández López, para su expediente, pese a que fue reprobada por el Consejo de la Magistratura en el último concurso de Asesores Letrados.

La situación en Tribunales es particularmente tensa y se tejen versiones de todo tipo respecto al manejo de Fernández López (a quien con mucha malicia el serpentario judicial le carga dos apodos ingratos: «petit Chandon» y «el Oyarbide cordobés») de su juzgado. Se le atribuyen «gestos ampulosos» y regalos (vinos caros por ejemplo) para personas de distintos ámbitos de poder que visitan su oficina. Dicen, quienes tienen las peores versiones, que buena parte de estos manejos son inspiraciones de su empleada favorita. Por ahora el Tribunal de Etica Judicial no se expidió aunque se espera que haya noticias antes de la feria.

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