Después de conocerse los inexplicables créditos otorgados por el Banco Nación a los funcionarios o «testaferros» de funcionarios del PAMI Córdoba es oportuno volver sobre el mundo business de esa entidad bajo el paraguas libertario nacional. Eso significa mínimamente tomar apuntes sobre dos aspectos: los actores participantes de los negocios que se realizan con los fondos de la obra social de los jubilados; y los rubros con los que producen jugosas diferencias para la «casta» que actúa de «anticasta».
Vamos al primer punto. El grupo de negocios del Pami libertario de Córdoba presenta la siguiente formación: Gabriel Bornoroni es el delegado personal de «el jefe» Karina Milei. Más conocida en el mundo del espectáculo como «alta coimera» o la reina del 3%. Lo secunda Gonzalo Roca, de familia radical conservadora de traslasierras, es el socio de Bornoroni y se sacó el «quini 4 años» para el Congreso Nacional como primer candidato de Karina Milei. Un escalón por debajo está Marcos Patiño Brizuela, que es el empleado mejor calificado del dueto Bornoroni-Roca y se quedará con la tercera banca en el Congreso. Al team lo completan dos supernumerarios menos encumbrados y seguramente mas baratos. Sergio Antonio Donigian, alias «el armenio», de pasado incondicional con Olga Riutort y una enorme vocación para la traición; y Walter Amuchástegui, activista juecista del SUOEM, conocido en esos lugares como «el gordo». Amuchástegui es creador de varias «pymes» en cada lugar donde le tocó actuar, siempre amparado por el paraguas de la protección sindical. El «gordo» hasta hace poco «daba la vida por Luis Juez», dicen quienes no lo quieren en su propio gremio, ahora es «karinista de base». Hay más actores, pero son de menor valía. Casi administrativos o muy «testas». A todos los une una disciplina teutónica de bajo perfil. Saben que exponerse, a la corta o a la larga, siempre tiene costo. Y el costo para todos ellos y sus jefes es simplemente plata. Mucha plata.
Pasemos al segunto eje de interés: los negocios visiblemente más «distópicos» para usar una palabra que viene bien para todo. La nómina muy expuesta es la siguiente, aunque se sabe que no agota las posibilidades y la creatividad de los actores referidos: 1-Cápitas kinesiológicas; 2- Cápitas a Sanatorios y Clínicas amigas o de familia; 3- Servicio de medicina domiciliaria; 4- Geriátricos y Hogares de Día
- Le quitaron la gestión de prestaciones al colegio de kinesiólogos de Córdoba y pasaron a un esquema de gerenciamiento con una empresa «amiga» denominada COINSA, que funciona en la calle Santa Rosa en el centro de la ciudad. Esta cobra un número de cápitas fijo y luego le paga a los profesionales. El efecto fue el previsible: un altísimo nivel de subprestación del servicio en un universo de afiliados que naturalmente tienen alta demanda. Cobran las cápitas pero no prestan los servicios. Así cualquiera es un capitalista exitoso.
- Vaciamiento de cápitas a varias instituciones tradicionales de Córdoba (la más reconocida y sobre la que se supo fue el Hospital Italiano, aunque el periodismo de Córdoba es de investigar poco cuando de libertarios se trata. Todo lo contrario para lo que no es libertario). Los favorecidos fueron Cóseme S.A., la empresa de Salud De Parque Salud y Sanatorio Parque propiedad de la Hermana de Bornoroni y el Sanatorio Aconcagua. Como detalle se sabe que Coseme aparece como aportante en la campaña presidencial de Javier Milei.
- La medicina domiciliaria de PAMI la hacían en Córdoba el grupo SANOS y Family. A SANOS la bajaron y Family está prácticamente excluída. Es un misterio la gestión de esos recursos y las prestaciones. Los jubilados por supuesto no son atendidos.
- Finalmente, un business novedoso apareció en los últimos meses en el radar de los libertarios Pami de Córdoba. Hay una verdadera epidemia de habilitaciones de geriátricos y hogares de día. Curiosamente en las habilitaciones aparecen siempre empresas vinculadas a personajes como el ya mencionado Walter Amuchastegui; Pablo Gil Rodríguez (yerno del «armenio» Donigian y beneficiario de un crédito por 250 millones 800 mil pesos del Banco Nación Argentina en agosto pasado (ver https://jornadapolitica.com.ar/otro-credito-millonario-del-nacion-para-un-militante-libertario-de-cordoba/), Diego Cortesini y Cristian Aírelo. Ellos crearon una SAS llamada DEWAL, una actora central en el negocio de supuestos geriátricos y hogares de día hacia donde transfieren las cápitas de los jubilados. Con tanta improlijidad todo que uno de los hogares de día de la sociedad se llama «Hogar Chilavert» y funciona en la calle Martiniano Chilavert 1745 de barrio Villa Corina de la ciudad de Córdoba. Justamente el domicilio particular del «gordo» Amuchástegui.

Es curioso que estas visibles irregularidades no convoquen el interés de los sectores polìticos y de los medios de comunicación y periodistas en Córdoba. Solo protestan algunos grupos de afiliados «perjudicados» de la Obra Social que es la Caja de Karina Milei en Córdoba. Con la excusa de que en el marco de la campaña «es dificil trabajar estos temas» (SIC) se impone, en favor de la falsa libertad, la lógica de Don Julio: Todo Pasa. La mala vida de los jubilados también.

Walter Amuchástegui, activista juecista del SUOEM y empresario prestador de «servicios» del PAMI libertario.
