Según los datos del Indec, en el primer semestre de 2025, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 24,1 por ciento; y en ellos reside el 31,6 por ciento de las personas. Es decir, una de cada tres personas es pobre en Argentina. A su vez, dentro de ese conjunto, el 5,6 por ciento de los hogares están por debajo de la línea de indigencia —es decir sus ingresos apenas cubren una canasta básica alimenticia—, e incluyen al 6,9 por ciento de las personas. El organismo resalta una baja interanual con valores similares a los de fines de 2018. Sin embargo los datos que promociona el INDEC estan, a todas luces, sesgados con el propósito de subestimar la cifra real de población pobre e indigente de la Argentina. Veamos:
Los datos de Indec extrapolados para el total de la población indican que en el primer semestre de 2025 unas 15 millones de personas fueron pobres en Argentina, mientras que atravesaron pobreza extrema o indigencia un total de 3,3 millones de habitantes.
Sin embargo hay un mentira metodológica que ni el gobierno ni el Indec aclaran y que cambia sustancialmente la cifra difundida.“El descenso en los indicadores oficiales está atravesado por factores metodológicos: la Encuesta Permanente de los Hogares (EPH) mostró fuertes mejoras de ingresos no verificadas en otras fuentes, mientras que las canastas usadas para medir pobreza siguen desactualizadas”, aclara Agustina Haimovich del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp).
Para la especialista, la magnitud de la mejora en los ingresos laborales relevados por la EPH es llamativa si se tiene en cuenta que en el período analizado las condiciones laborales empeoraron debido a la caída del empleo asalariado formal en contraposición a un incremento de la informalidad y las ocupaciones precarias.
Por otro lado, respecto de las canastas utilizadas también el Centro de Economía Política Argentina (Cepa) advierte sobre la falta de actualización de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo), pues se usa la ENGHo 2004/05 cuando Indec tiene disponible la realizada en 2017/18 que es más representativa del consumo actual. Básicamente, la ENGHo vieja subestima el gasto destinado a los servicios, que son los rubros con incrementos muy superiores a los alimentos. Como consecuencia, una mayor cantidad de hogares aparece por encima de la línea de pobreza.


En esa línea, desde el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA indicaron que “sin desconocer que se evidencian mejoras, corresponde advertir que los datos oficiales sobrerrepresentan la magnitud del alivio social. Para corregir parte de este sesgo en la evolución de los indicadores de pobreza, el Indec debería acelerar la actualización de las canastas de referencia y transparentar su efecto sobre las series históricas“.
Otro dato que arroja el Indec es el valor (subestimado por lo dicho arriba) de la canasta básica total de alimentos y otros bienes y servicios básicos para un hogar promedio: esto es el límite de ingresos debajo del cual una familia es considerada pobre, y que fue de 1.065.691 pesos en el primer semestre del año. Mientras que la canasta básica alimentaria, que define la indigencia, llegó a 452.742 pesos en igual período.