El banco de inversión Barclays, uno de los más grandes y prestigiosos del mundo, envió a sus clientes un informe que sugiere tomar con pinzas la supuesta recuperación argentina y advierte que el «efecto Bessent» podría ser apenas un truco de campaña: una señal para intervenir en el dólar sin ensuciar las reservas del BCRA, pero difícil de sostener si el resultado electoral no acompaña a Milei. El informe explica que el swap de 20 mil millones de dólares que anunció el Tesoro es «una línea marco para manejo de liquidez y anclaje de expectativas, no caja libre: su uso está reglado y escalonado en el tiempo».

Barclays advirtió en su informe que si el anunciado apoyo del Tesoro -que resta implementarse-, sólo fue una jugada táctica para ayudar a Milei en las elecciones, podría generar un costo reputacional alto «incluso para un gobierno que disfruta del shock comunicacional».

El banco británico también alertó sobre un riesgo que en la City ya se comenta: que la ayuda extraordinaria alimente la tentación de patear la corrección macroeconómica, esto es, evitar la devaluación hasta las elecciones. Una moneda artificialmente apreciada, financiada con dólares prestados y respaldo político externo, puede dar respiro, sí, pero también sembrar la semilla de una corrección más violenta más adelante. «El mercado testeará la banda si no ve reglas claras», señaló Barclays.

Barclays advierte en su informe que si Milei no logra capitalizar en las urnas el aval de Bessent y del Tesoro, ese apoyo, hoy celebrado en redes y conferencias, podría diluirse con la misma velocidad con la que llegó. 

El tercer punto del banco británico toca el nervio más político: la sostenibilidad del respaldo de Estados Unidos. Si Milei no logra capitalizar en las urnas el aval de Bessent y del Tesoro, ese apoyo, hoy celebrado en redes y conferencias, podría diluirse con la misma velocidad con la que llegó.

Y, por último, el informe va al hueso del comportamiento inversor: con apenas diez ruedas por delante antes de las elecciones, muchos fondos podrían optar por la receta más primitiva pero más efectiva: dolarizar y esperar. Ante esa posibilidad, Barclays desliza que el Gobierno, antes que quemar reservas, no dudaría en aplicar controles temporales de flujo para frenar la sangría. Una forma elegante de decir «cepo si se complica». 

En ese sentido, el informe agregó que el impacto de corto plazo esperado es  la «contención del dólar dentro de la banda hasta las legislativas», pero advierte que la «sostenibilidad» de esa cotización «dependerá de flujos» y propone seguir de cerca el tema. «Liquidez doméstica: alivio transitorio en dólares; riesgo de re-apreciación real si se prolonga», advirtió.

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