La posibilidad de demolición que termine con un gigante cordobés como el Orfeo es una muestra más de las consecuencias de la pandemia, que han pegado en la industria cultural y del entretenimiento más fuerte que en ninguna otra.

El planteo de la situación de su creador y propietario, Euclides Bugliotti, dejó en claro lo alto de los costos fijos para mantener una estructura que no genera ingresos. Y su postura parece ser indeclinable: quiere tirarlo abajo y construir allí torres de edificios. Pero eso no es tan sencillo y el uso de suelo con otros objetivos tiene que ser aprobada por el gobierno municipal.

Por eso la discusión de la demolición o permanencia del Orfeo está en el Consejo Deliberante. Y allí las posturas son varias: el oficialismo reconoce la importancia del estadio pero la imposibilidad económica de expropiarlo, y la oposición va contra su dueño: aseguran que Bugliotti “amenaza” con demoler sólo buscando beneficios impositivos.

Así de claro lo dijo en el recinto Rodrigo De Loredo “no van a demoler el Orfeo, buscan un acuerdo extra con la Municipalidad”

Otro que puso el grito en el cielo fue Juan Pablo Quintero, escuchá lo que dijo:

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