Según un informe del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), el 34,9% de los hogares y el 44,2% de las personas se encuentran por debajo de la línea de la pobreza al cierre del tercer trimestre del año,  y en el que los números hubiesen sido mayores si el Estado no implementaba medidas de ayudas para enfrentar la situación

Según los datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA), entre julio y octubre 34,9% de los hogares y 44,2% de las personas se encontraban bajo la línea de la pobreza, y 7,3% de los hogares y 10,1% de las personas eran indigentes, los porcentajes más altos de la década.

Entre 2019 y 2020, 10,3% y 13,7% de las personas cayeron en situación de indigencia y pobreza, respectivamente; y, las ayudas sociales brindaron «un piso mínimo de ingresos» pero fueron «insuficientes» y «no llegaron a todos los que sufrieron pérdidas de ingresos», alertó el informe.

Según la UCA, en los dos últimos años se registró un deterioro tanto en relación a la carencia monetaria como a las privaciones no monetarias, con un incremento de la pobreza por ingresos como de los niveles de pobreza «multidimensional»: de 37,5% a 41% de la población.


Para la UCA, los nuevos pobres provienen principalmente de un grupo de hogares que, si bien en 2019 no eran pobres por ingresos, presentaban condiciones de vulnerabilidad que se manifestaban en privación en al menos una dimensión no monetaria.

Otro aspecto que destacó el trabajo es el «fuerte incremento de la pobreza estructural», por el incremento en las carencias experimentadas en los hogares, con un aumento de la pobreza multidimensional estructural de 21,4% a 27,3% a nivel de la población.


Por regiones, el informe sostiene que en el Conurbano bonaerense «la pobreza crece casi ininterrumpidamente desde 2013-2014 y evidencia un nuevo salto en la pandemia».

En términos etarios, al cierre del tercer trimestre de 2020, el 64,1% de los niños/as y adolescentes viven en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza; al tiempo que el 16% reside en hogares con ingresos que se encuentran por debajo de la frontera de la indigencia.

El informe de la UCA destaca que «las políticas sociales estuvieron presentes en el contexto de crisis Covid-19, no sólo a través de las políticas de transferencias de ingresos, programas de empleo y ayudas alimentarias ya existentes, sino también a través de mecanismos compensatorios implementados en el marco de la pandemia, como ha sido el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), bonos extraordinarios a AUH y Tarjeta Alimentar, así como mediante los refuerzos extra realizados en la entrega de viandas y bolsones de alimentos o el retiro de los mismos de comedores comunitarios.

Así, precisa, 47,4% de hogares y alrededor de 55,5% de personas recibió alguna de estas asistencias sociales en 2020, porcentajes que reflejan un crecimiento significativo entre 2019 y 2020. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *